Translate

viernes, 3 de mayo de 2013

Cap 7 (Parte 2)


La noche del viernes me veo obligada a asistir a la fiesta que ha montado en un exclusivo club del centro. Anne me ha dicho que puede ser un buen momento para reconciliarnos y sacar información. Sé que ella me comprende, pero a veces antepone el trabajo y eso me asusta, no por mí ni mucho menos, sino porque estoy empezando a hacer lo mismo con Lily. Llevo toda la semana sin verla y apenas me he dado cuenta, entre el instituto, estudiar cada vez más informes y elaborar los míos propios me quedo sin tiempo. Y eso sin mencionar los entrenamientos y dolores repentinos que me acompañan como un amigo fiel bastantes horas.

    No la cagues, recuerda que es importante. Estos juguetes son caros.

    Lo sé Frank; me lo has dicho unas quince veces.

    Recuerda informarnos de cada paso que des.

    Sí mamá.

    Ten cuidado —asiento y salgo del coche. La pistola del muslo me molesta, pero ando en mi vestido por encima de la rodilla, negro y ajustado con normalidad.

    Buenas noches —saludo al portero. Un verdadero gorila.

    ¿Qué haces tú aquí?

    Soy Alice Du’Fromagge. Vengo a la fiesta.

    Ah, perdón señorita. No la reconocí.

    No se preocupe, soy nueva. ¿Llego muy tarde?

    Un poco, ha habido un chico que no paraba de preguntar por usted —hago una mueca de asco.

    Gracias, pero prefiero no encontrármelo —sonrío.

    Disfrute de la noche.

    Que se le haga corta —vuelvo a sonreír. Seguro que aquí ni siquiera le saludan.

    No te entretengas —me riñe Frank.

    Lo siento, pero debo ser educada.

    Pero no relacionarte con los que son inferiores.

    Sí señor.

Entro en el club sin reparar en el guardarropa. Una gran pista de baile con la barra a la izquierda y una rampa a la derecha que da acceso a un balcón con mesas. Al fondo de esto hay sillones con pequeñas mesas apartados del resto y con una cortina. También hay un estrecho pasillo con puertas, de las cuales hay una abierta. No hay que ser muy inteligente para figurarse su intención.

Me voy al balcón y lo veo rodeado de chicas, por supuesto, peleándose por acercarse a él. Sólo una tiene el “honor” de que él la toque, con su mano en el vientre y la otra con un Martini que aprecio desde aquí.

    Tengo contacto visual.

    Bien, acércate.

    No puedo, está rodeado.

    Por lo menos te verá. Acércate —insiste Frank.

    Lo haré a mi manera. Un momento —levanta la vista—, me ha visto. Viene hacia mí.

    Manos a la obra. Buena suerte —intenta ayudarme Anne.

    Gracias pero creo que…

    ¿Hablando sola?

    ¿Podrías dejarme un poquito en paz? Al menos deja que me tome la primera copa —me voy a la barra y me siento. Pido un vodka.

    Lo siento. Me pasé.

    Dime algo que no sepa —Moore también pide un vodka.

    Es muy fuerte —lo admira y se lo bebe de un trago a la vez que yo.

    ¿Qué quieres?

    Que me perdones, principalmente. No debí hacer eso.

    Alice, ¿de qué está hablando? —oigo el zumbido del pinganillo.

    ¿El qué? ¿Portarte como un caballero y luego convertirte en un auténtico cerdo? — se ríe.

    Sí, creo que eso. ¿Te hice daño? Fui yo el de la nariz.

    Mike me ha dicho lo mismo. Y no, he sufrido cosas peores, créeme.

    ¿Tú? Que te rompan una uña no es grave.

    Ja-ja. Mira que gracioso. ¿Y tú?

    He visto cosas horribles.

    Que te rechacen no cuenta.

    Nadie me ha rechazado, bueno excepto…

    Yo.

    Exacto.

    ¿Qué tipo de cosas?

    No creo que deba decirlas —pide otras dos copas.

    ¿Te piensas que soy una niña?

    No del todo. Hay algo en ti que me empuja a protegerte, pero luego te miro bien y quiero cogerte y…

    Entendido —lo corto—. Un consejo, si tratas a las mujeres como el otro día te quedarás solo.

    Soy guapo. No me pasará.

    Oh claro que sí. ¿Acaso cuando te cansas de alguien no la dejas? Por muy guapa que sea —piensa en ello.

    ¿Cómo lo sabes?

    Se te nota —bebo un poco. Cálido y fuerte. Raspa al pasar por la garganta.

    Vaya, así no soy tan misterioso como creía…

    La verdad es que eres fácil de calar.

    ¿Y tú? ¿Cómo te hiciste lo del hombro? —cambia de tema tras bebernos lo que quedaba en el vaso y pagar al camarero para que deje la botella. No pone ninguna pega por dar alcohol a menores de edad.

    No tengo nada en el hombro.

    Sí. Esto —se acerca con cuidado y me baja el tirante del vestido. El vodka hace aparición permitiéndole hacer eso. Nos quedamos mirando fijamente. Anne rompe la magia ¿por qué?

    ¿Alice, estás bien? ¿Por qué os habéis callado? —cierro los ojos y me aparto.

    No…no es nada. Fue hace mucho tiempo y…

    Estás mintiendo. Sé que es reciente, se nota —me alzo el tirante, incómoda— ¿Qué pasó?

    Te propongo un trato; tú me cuentas eso tan horrible que has visto, yo te cuento lo mío.

«Bien hecho. Sigue así— resuena la voz de Frank en mi cabeza».

    No. De ninguna manera.

    Tú lo has dicho —me levanto y me detiene sujetándome con delicadeza la mano.

    Espera, quédate —me pide—. Apenas ha empezado.

    Ahora quien miente eres tú. Todos los reservados están cerrados excepto uno con sillones. Hay dos en la pista a punto del coma etílico y otros seis borrachos, de los cuales la mitad son chicas. Mirándolo así quizá sí comience para ti.

    Por favor —me ruega—, para mi ha empezado cuando te he visto. Y queda un reservado.

    Vaya. ¿Por qué lo estropeas todo? Te hubiese quedado bien con lo primero.

    Sólo para hablar. No me refería a eso.

    Seguro —me suelto y me voy, pero me retiene de nuevo por la cintura.

    Por favor —repite—. Acepto el trato; te lo contaré.

    Lo siento, pero no lo quería de esta manera —me suelto definitivamente y me quito el pinganillo mientras salgo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario