Me acerco a la
puerta donde Moore me ha dicho que vaya cuando calculo que es la hora de la
segunda clase. La puerta del patio está cerrada, no puedo entrar, me la ha
jugado, sabía que no podía…
—
¿Qué haces ahí?
—
Hacerte caso —se va acercando a paso tranquilo—
¿Podrías darte prisa?
—
Pensaba que no querías estar aquí.
—
Y así es. Pero tengo que terminar el curso y cuantos
menos problemas mejor.
—
Buena idea —se apoya a mi lado en la parte opuesta de
la valla.
—
¿Se puede saber como vas a conseguir que entre? Esto
está cerrado.
—
Mujer de poca fe… —con un ligero golpe se abre un hueco
por el que puedo pasar agachada.
—
Has usado esto mucho ¿verdad?
—
¿Se nota? —nos reímos— Me debes una.
—
Teniendo en cuenta que no sé tu nombre…no creo.
—
Alex. Ya son dos.
—
¿Sólo eso? ¿Sin hijo de… ni nada de eso?
—
Por ahora no —sabe cuidarse las espaldas. Da una serie
de toques en otra puerta y nos abren sus amigos. Entramos a un cuarto de
escobas; abren la puerta de en frente y llegamos al pasillo— Impresionante, lo
sé. ¿Adónde vas?
—
A clase.
—
Tenemos un rato antes de que empiece —me acorrala en
las taquillas.
—
¿A qué viene esto? Aparta.
—
¿Qué pasa? ¿No se nota?—empieza a tocarme en exceso. No
puedo quitármelo de encima sin hacerlo daño.
—
Por favor Alex, apártate. Así no vas a conseguir nada.
—
Yo consigo todo lo que quiero. ¿Me oyes? Todo —impide
que le aparte cogiéndome con una mano de las muñecas mientras con la otra sigue
igual.
—
Me estás haciendo daño. No me obligues… —algo repentino
me interrumpe.
No lo puedo
creer, un puño ha salido de la nada y le ha golpeado en plena mandíbula,
separándolo bruscamente de mí. Mike tampoco se cree lo que acaba de hacer, pero
en un segundo se pone en posición defensiva, que no le sirve de nada, pues Alex
le responde con otro ataque al mismo lugar.
Esto comienza
una pelea en la que, después de varios golpes, salgo de mi ensimismamiento y
con gran dificultad e ignorando mi hombro, consigo separarles. Juraría que
también me he llevado un golpe, pero antes de que alguno de los tres pueda
hablar, un profesor nos lleva a todos sin dirigirnos la palabra al aula de
castigo donde debería haber estado hace un momento.
—
Antes de nada quiero que me contéis qué ha pasado.
—
No es nada, profesor. Sólo se choc…
—
Ellos —me corta.
—
Nos chocamos —me da la razón Mike.
—
¿Por eso tenéis golpes y sangráis? ¿Los tres? —no lo
puedo remediar y me llevo la mano bajo la nariz. Tengo un hilo pegajoso que se
para justo antes del labio. El profesor me tiende un pañuelo y me limpio como
puedo.
—
Íbamos corriendo.
—
¿Y tú?
—
Estaba en medio.
—
Ya… Mirad, sé que es mentira. Es más, sé lo que en
realidad ha pasado. Alex y tú estabais coqueteando, ha llegado el novio celoso
y el resto ya os lo imagináis.
—
No estábamos coqueteando, ni él es mi novio. M…Alex se
estaba pasando y Mike me ha ayudado. Eso es todo.
—
La culpa entonces es suya ¿no? —señala a Moore.
Asiento— Entonces no diré nada. Tú eres nueva y Ross es un buen estudiante,
implicaría problemas. Ahora todos a clase y que no se repita, por el contrario
me veré obligado a informar. Ah y… Alice, te recomiendo cambiar de vestuario,
lo de la profesora Chastain está controlado de momento. En el futuro no lo sé.
Nos echa de la
clase y durante el resto de la semana no vuelvo a hablar con Moore, le oigo
intentar disculparse cuando nadie nos mira, e incluso he leído sus notas en la
taquilla y en clase, pero por ahora prefiero hacerlo esperar.
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