Translate

viernes, 10 de mayo de 2013

Cap 8.3


A partir de ahora, subiré los capítulos enteros, sin importar lo largos que sean. Así agilizo esto ¿no?
 
 
 
Lo más sorprendente es que en vez de separarme y darle una bofetada, no hago nada. Tan solo lo acepto y sigo sin saber por qué, le respondo. Poco a poco, saboreando cada instante prohibido y esperado, pongo las manos en su nuca y él las suyas en mi cintura. Me agarra con fuerza y me empuja hacia él. Arqueo la espalda maldiciendo que sea invierno por llevar tantas capas y no sentir su piel sobre la mía. No quiero imaginar cómo hubiese sido al contrario, ahora siento una corriente eléctrica que me recorre, pero si la porción de piel en contacto hubiese sido más amplia…

    ¡PJ! ¿Qué estás haciendo? —una voz aguda y terriblemente familiar me perfora mientras que nos separamos rápidamente por el susto.

    Lo…lo siento, ahora mismo la echo y…

    No —sólo una vez. Hago esto y habrá terminado—. Yo me voy —salgo corriendo.

    ¡Alice, ven! ¡Alice! —me llama, pero no paro.

También oigo al resto del grupo preguntar y a Amber pidiendo explicaciones. Consigo darles esquinazo y tras pasar aparentemente el peligro suena el teléfono.

    ¿Ahora mejor?

    Supongo —recupero el aliento—. ¿Qué querías?

    ¿Pasa algo?

    No, nada. Tan sólo que me pillabas en mal momento.

    ¿Seguro? Suenas rara.

    Sí, de verdad. Tan solo es que…me han dado un regalo de navidad atrasado.

    ¿Qué te han dado?

    ¿Por qué me interrogas?

    Porque me importas… ¿Te apetece que nos veamos?

    Dios mío, un milagro navideño. Has dicho algo que sentías —exagero para cambiar de tema. Oigo cómo se ríe y la culpa se apodera de mí.

    Bueno, ¿quedamos o no?

    Lo siento, pero no estoy en Los Ángeles.

    ¿Cuándo vienes?

    ¿Tienes prisa?

    Es que quiero darte algo.

    No voy a acaptar un beso tuyo aunque llenes el instituto de muérdago —se ríe más y me siento peor al recordar.

    Eso sería un buen regalo, por si no me has comprado nada, me refiero. Pero no es eso.

    ¿Entonces? —entro en casa y hago una señal a Frank para que me siga. Le indico con quién estoy hablando y pongo el manos libres en mi habitación con la puerta cerrada. Entre Anne y él conectan el móvil al ordenador para localizar la llamada.

    Es un regalo. Los regalos no se dicen. Pero bueno, creo que tengo que dejarte…

    ¡No! —se me escapa.

    ¿Pasa algo?

    Nada, solo que aquí me aburro. Háblame un poquito más, anda.

    Estás rara. ¿Qué es eso que te han dado que te ha puesto así?

    Es un regalo, los regalos no se dicen —le imito. Cuando habla conmigo es él mismo y se ríe sin contemplaciones.

    Vale, me lo merecía. Venga, di.

    Dame una pista de lo mío.

    No te lo voy a decir.

    Una pista, sólo una.

    Si tú me dices lo tuyo.

    ¿Lo que yo te he cogido?

    Sí. Y…—piensa— lo que te acaban de dar.

    Es mucho por una pista —Anne me hace una señal para que continúe.

    Es mi precio.

    Eres caro.

    ¿Qué te esperabas? —hace una pausa— ¿Entonces cuando vienes?

    Pasado mañana. ¿Tú estás allí?

    Sí, pero te echo de menos. Os —corrige—, os hecho de menos. ¿Y tú?

    ¿Cuál de las dos cosas?

    Ambas.

    También os echo de menos, Colorado es muy aburrido.

    Estoy seguro que si yo estuviese ahí  a tu lado no pasarías frío.

    ¿Quién te ha dicho que tengo frío? ¿O que estoy sola?

    No puede ser. ¿Me estás engañando?

    Teniendo en cuenta que no somos nada…creo que no —la pantalla del ordenador no se ilumina en Los Ángeles. Nos miramos entre nosotros y decidimos que basta por hoy.

    ¿Estás ahí?

    Sí claro, pero tengo que colgar. Se está despertando y no quiero que me vea hablar con otro. Au Revoir

    ¿Otro? ¿Con quién estás? ¿Qué has hecho?—cuelgo y empiezan las preguntas.

    ¿Por qué salía su ubicación en Miami?

    Ha podido rastrearlo mal.

    No, esto nunca se equivoca.

    Siempre hay una primera vez para todo. Hacedlo de nuevo.

    Es tecnología muy avanzada. No es tan sencillo.

    Pero... Intentadlo. Vosotros sabéis...

    ¡Basta ya, Alice! Admite que te ha mentido —estalla Frank y voy al salón.

    Lo siento mamá. Tenía que responder a una llamada importante.

     No te preocupes, cariño. Lo entiendo —actúo saludando y salgo a la terraza.

No hay comentarios:

Publicar un comentario