Strawberry Fields Forever
Una mujer. Es todo lo
que se necesita para arruinar meses de trabajo, para hacer que todo lo que he
hecho caiga como si nada. Por suerte se me ocurrió al poco la idea de las
amenazas al Detective, y lo que empezó como una maniobra de distracción ha
acabo siendo bastante divertido, no sé por qué no se me ha podido ocurrir
antes. Ahora están enfadados conmigo y no se centran en su trabajo, les será
mucho más difícil cogerme; antes tendrán que centrarse, organizar la cantidad
de refuerzos que les han enviado desde otras ciudades y si tienen suerte lo
conseguirán, pero solo en ese caso. Debo decir que una afición está
convirtiéndose en lo único que le está dando sentido a mi vida, en el trabajo
no parece que haga nada productivo, nada por proteger a la gente, y en casa las
cosas llevan sin ir bien bastante tiempo; sin embargo, de esta manera siento
que estoy cumpliendo mi misión, estoy limpiando las calles, protejo a los niños
de ver lo que no deberían, prevengo que las familias se separen, y todo con un
simple gesto como matar.
Aunque la verdad es que no es tan simple, si lo hiciera como si no
me importara, no serviría de nada, el resto de gente no se concienciaría de lo
que está ocurriendo y continuarían como si nada; por el contrario, de esta
manera infundo temor y respeto. La prostitución ha bajado más de un veinte por
ciento en la ciudad, y aunque llevo bastantes víctimas —o mártires por la
causa, ellas no tenían la culpa de ser lo que era, muchas son partes de mafias
y sé que he sido yo quien las ha liberado de ese yugo; estoy orgulloso de eso—,
todas y cada una han merecido la pena. Es muy complicado conseguir eliminarlo
completamente, mueve mucho dinero y hay personas con altos cargos políticos o
de la ley que no les interesaría que sucediera, pero aun así voy a seguir
intentándolo.
Me he puesto una fecha límite. Si de aquí a un año y unos meses,
es decir, cuando hagan los dos años desde el primer asesinato no lo he reducido
a menos de un diez por ciento, haré algo mucho más grande para acabar con todos
de golpe; todavía tengo que pensar el qué, pues tengo fe en que no tendré que
llegar a ese extremo.
Para entonces, pasaré a otro colectivo que también tendría que
decidir, pues si ahora diría los camellos que se esconden en callejones y se
topan con críos y les asustan, o incluso les ofrecen droga, quizá en el tiempo
que pase entremedias las tornas pueden cambiar y la corrupción aumente aún más,
y los policías corruptos son de la peor calaña que podría existir. Cuando tenga
más experiencia en esquivarlos, cuando pueda conocerles mejor, iré a por ellos,
pero por el momento prefiero mantenerme cuanto más alejado mejor. Es muy peligroso,
y si quiero continuar, no sólo debo hacer eso, sino que también continuar con
las amenazas al Detective encargado de mi caso para mantenerlos a raya. Quizá
deba llegar un poco más lejos, incluso, sólo para asegurarme de mantener todo
bajo control.
Me siento bien, he ganado confianza a medida que las chicas se
iban sucediendo, cada vez me parece más fácil hacer todo el trabajo, incluso
limpiarlo todo, y conseguir que se vengan conmigo se ha vuelto un reto. Ya no
confían en nadie, como es de esperar, y he acabado cronometrándome con las
últimas tres. Mi récord son diez minutos. Unas lágrimas falsas de vez en
cuando, una historia triste, unas risas de autocomplacencia y ya son mías. Es
curioso cómo una técnica tan sencilla puede ser tan eficaz, aún sigo
sorprendido de ello.
Pero sin duda lo más divertido no es matar, por supuesto que lo
disfruto en ocasiones, pero no hay nada comparado con despistar a la policía,
con jugar con ellos. Me encargo de no dejar pruebas, para ello limpio siempre
tan minuciosamente los cuerpos, pero reconozco que lo mejor que puedo hacer es
obligarles a dar pasos en falso, si no recuerdo mal se encuentran enzarzados en
la última que les dejé, la cual me costó bastante conseguir, pero juro por mi
familia que jamás me he divertido más, sobretodo viéndoles tirarse de los
pelos, quebrándose la cabeza para tratar de enlazarlo todo.
Pero no soy un insensible, he visitado las tumbas de las víctimas,
he ido a sus funerales —las que lo han tenido, porque alguna era extranjera y
no tenía a nadie— para ver el daño que he podido causar, aunque sean
colaterales, siguen siendo daños de todas formas. Y me enorgullece decir que,
como mucho, sumando a todos los que fueron, no llegan a la veintena, y
comparándolo con la cantidad que he podido salvar de su depravación, es un
número ridículo.
La que se encuentra en el suelo a mi lado no será la última, al
menos de momento, quizá me tome un descanso bien merecido.
Living is easy with eyes closed;
Misunderstanding all you see
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