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martes, 23 de abril de 2013

Cap 4.3 (Parte 2)


    ¿Se puede saber quién ha entrado? Os he dicho mil veces que no lo hagáis. Como le pille se va a enterar. ¿Has sido tú Hood?

Se aparta dejándome a la vista. Desentierro el rostro de entre las manos y levanto la cabeza. Tan sólo cubierto con una sábana a partir de la cintura.

    ¿Baby? —le aguanto la mirada un instante y bajo las escaleras sin decir nada.

Me siento en el sofá y me recuesto en el hombro de Bells. Jess me ha dicho que últimamente las cosas no van bien entre ellos. Sin darme cuenta él me acaricia el abdomen poco a poco. No me retiro. Es agradable. No sé cuanto tiempo después PJ aparece por las escaleras, ya vestido, con Amber tras de él. No es justo. Me levanto, aparto las cosas de mi lado y me siento en el regazo de Bells, frente a frente y me armo de coraje antes de besarle con toda la pasión que consigo reunir.

Siento un nudo en el estómago cuando él mete las manos por mi camiseta y empieza a tocarme la espalda y el vientre. Ignoro lo que dice el resto y tras un repulsivo rato algo tira del brazo con brusquedad y me lleva hasta lo que sería la cocina, me lanza contra la encimera después de cerrar con un portazo. Evito el golpe en el último momento.

    ¿Se puede saber qué estás haciendo? —grita rojo de rabia.

    Lo mismo que tú con Amber —le respondo de igual manera.

    No es lo mismo.

    Porque tú lo digas. ¿Tú puedes estar con quien quieras y yo no? ¿Tú puedes hacerme daño y yo a ti no? —me arrepiento al momento de decirlo y bajo la cabeza.

    Así que es eso… —murmura—. Piensas que lo he hecho todo por hacerte daño.

    No todo. Pero te has pasado. —empiezo a gritar de nuevo, necesito desahogarme— Es culpa tuya. Si hubieses sido sincero, ahora estaríamos bien.

    Respóndeme. ¿Te habrías acostado con él solo para herirme?

    Mil veces —le miento.

    ¿Lo has hecho? —sé que le duele, pero aun así sigo haciéndolo.

    A ti qué te importa. —cuando llego a la mitad del salón me vuelve a agarrar.

    ¿Con quién fue?

    He dicho que no te importa.

    Sí me importa.

    ¿Por qué? Atrévete. —Abre la boca pero no dice nada— Cobarde. —me giro un instante— ¿Quieres saber con quién fue? ¿De verdad? Pues te lo contaré. No tengo ni idea. Me invitó a un par de copas y lo hicimos en el baño. Y no. No estaba borracha. No he vuelto a saber de él; igual que no quiero saber más de ti. Ese solo fue el primero. Quedaos la chaqueta, quemadla si queréis. Por mí como si se la dais a la puta barata esa. Que nadie me siga —añado al salir definitivamente.

Vuelvo directamente a casa, me encierro  el resto del tiempo en mi habitación, sin importarme el resto del mudo; tan sólo yo y mis pensamientos.

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